lunes, 29 de febrero de 2016

Resumen de Obras Astilleros de Sestao.- 1930

ASTILLEROS DE SESTAO (BILBAO)

Motonave “Cabo San Antonio”, para los Sres. Ibarra y Compañía.- En la Memoria del año anterior dábamos cuenta de la realización de las pruebas de este buque, a continuación de las cuales fue entregado a sus armadores en abril del citado año, saliendo seguidamente para efectuar su primer viaje desde los puertos del Mediterráneo a América del Sur.

Vista de la moto-nave “Cabo San Antonio”.
  Durante el período de garantía y en los meses que después del mismo han transcurrido, ha seguido el buque confirmando los resultados obtenidos en sus pruebas y, según los informes que han hecho llegar a nosotros los Sres. Ibarra, el buque ha sido objeto de muy solícita atención y de grandes elogios en los puertos extranjeros que ha visitado.

   Ha constituido, pues, un indiscutible acierto de los armadores la concepción de este tipo de buque, perfectamente adecuado al tráfico que había de realizar y el encomendar el desarrollo de su proyecto y la realización de las obras a la industria nacional.

Buques “Cabo San Agustín” y “Cabo Santo Tomé”, de 16.750 toneladas, para los señores Ibarra y Compañía.- Efectuado el acopio de los materiales para estos buques, se comenzó con toda actividad la construcción de los mismos. El lanzamiento del primero se llevará a cabo en fecha próxima, y se está procediendo en grada al montaje de la maquinaria auxiliar para poder efectuar la entrega del buque en el más breve plazo después de su lanzamiento.

Buques a motor de 16.750 Toneladas “Cabo San Agustín” y “Cabo Santo Tomé”.
   Convenientemente escalonadas con los trabajos del primer buque se llevan las obras del segundo  que esperamos sea entregado también dentro del año en curso.

Tren de dragado para la Junta de Obras del puerto de Bilbao.- En los meses de junio y julio de 1930 se llevaron a efecto las botaduras de los gánguiles Cadagua, Asúa y Gobela, y en el mes de agosto la de la draga Vizcaya, que constituyen este tren de dragado. Efectuadas las pruebas oficiales de este material dieron un resultado altamente satisfactorio, tanto por lo que se refiere a la velocidad de los buques como por el funcionamiento de la draga, cuya máquina y calderas, lo mismo que las correspondientes a los gánguiles, han sido construidas en nuestros talleres.

Draga de rosario central “Vizcaya”, para la Junta del Puerto de Bilbao.
La draga “Vizcaya” con los gánguiles “Gobela” y “Asúa”, en sus trabajos de dragado.
Material de artillería.- En el curso del año se ha proseguido la fabricación de material para obuses ligeros de campaña de 10,5 cm., y se ha efectuado la entrega de 48 carros y 48 armones con sus accesorios.

OBRAS VARIAS
   Se están torneando y fresando las ruedas de engranajes y piñones para las máquinas de los cruceros Canarias y Baleares, y se han terminado con destino a estos buques, ocho bombas de alimentación auxiliar. Se están construyendo también para estos cruceros 12 bombas de lubrificación forzada, seis turbogeneradores y otras máquinas auxiliares.

   Continúa la elaboración de los piñones de respeto para las máquinas de los destructores Almirante Ferrándiz, Lepanto, José Luis Diez, Churruca y Alcalá Galiano.

   Se terminaron las máquinas auxiliares que estaban en fabricación para los destructores Churruca y Alcalá Galiano, y se halla muy adelantada la elaboración de una rueda de engranaje de respeto para las máquinas del primero de estos buques.

   Está muy adelantada la fabricación de los piñones de servicio para engranes de las turbinas del destructor Almirante Valdés, como asimismo las de cuatro colectores superiores y ocho inferiores para las calderas de este buque. 

   Se están construyendo gran número de colectores para calderas, piñones de servicio, cajas de turbinas y ruedas de engranajes para turboventiladores con destino a varios de los destructores que han de construirse en Cartagena.

   Se están realizando obras de auxilio para el buque tanque Campomanes, en construcción en Matagorda, y para otros buques de igual tipo en construcción en astilleros particulares. 

   Finalmente, se han construido gran número de placas de guardia, porta almohadillas, portal internas, bridas y cajas de engrase para la Compañía del Norte; gran cantidad de suplementos y florones para la Compañía del Oeste de España, y diversas piezas para otros clientes.


ASTILLEROS DEL NERVION (Bilbao)

OBRAS NAVALES

Carenas y reparaciones.- El número total de buques que para limpiar fondos o efectuar reparaciones entraron en dique durante el año 1930 fue de 87, con un total de toneladas de arqueo de 135.229, y el total de días que el dique permaneció ocupado fue de 285.

   Los vapores reparados en el mismo período de tiempo ascienden a 153, pertenecientes a la Compañía Trasatlántica, Sres. Ibarra y Compañía, Sociedad Altos Hornos de Vizcaya, Compañía Naviera Amaya, Compañía Naviera Vascongada, Junta de Obras del Puerto de Bilbao y otros armadores.

MATERIAL FERROVIARIO

   El material móvil y de tracción entregado durante el año comprende las siguientes unidades:
   Ocho coches restaurantes metálicos, para la Compañía Internacional de Wagons Lits.

COCHE RESTAURANT METÁLICO PARA LA COMPAÑÍA INTERNACIONAL DE COCHES-CAMAS
INTERIOR DEL COCHE RESTAURANT METÁLICO PARA LA
COMPAÑÍA INTERNACIONAL DE COCHES CAMAS
Siete coches de lujo metálicos (serie 1.001 a 1.007), para la Compañía del Norte.

COCHE-BUTACAS METÁLICOS PARA LA COMPAÑÍA DE LOS FERROCARRILES DEL NORTE DE ESPAÑA
   Cincuenta vagones plataformas (serie 1.001-1.033, 3.001-3.015, 3.501-3.502), para la Compañía Nacional del Oeste de España.
   Diez vagones plataformas sobre bogíes (serie 7-16), para la Compañía Nacional del Oeste de España.

VAGONES-PLATAFORMAS DE BOGIES PARA LA COMPAÑÍA DE LOS FERROCARRILES DEL OESTE DE ESPAÑA
   Veinte vagones cerrados (serie 5.361-5.380), para la Compañía Nacional del Oeste de España.
   Quince bastidores para coches de 2.a clase sobre bogíes, para la Sociedad anónima “Vers”.

   Las obras en curso de ejecución son:
   Trece coches de lujo metálicos (serie 1:008 a 1.020), para la Compañía del Norte. 
   Catorce locomotoras de vapor (serie 875-888), para la Compañía Nacional del Oeste de España.
   Seis coches metálicos mixtos de 1 .a y Camas (serie 621-626), para la Compañía Nacional del Oeste de España.
   Seis coches metálicos mixtos de 1.a y 2.a clase (serie 641-646), para la Compañía Nacional del Oeste de España.
   Diez coches metálicos de 3.il clase (serie 661 670), para la Compañía Nacional del Oeste de España.
   Catorce cajas de automotor (serie M43-56), para la Compañía del Metropolitano de Madrid.
   Catorce cajas de remolque (serie R41-54), para la Compañía del Metropolitano de Madrid.

Vehículos industriales Naval-Soma.- Estos talleres, en colaboración con los de Reinosa y la Compañía anónima de Plasencia de las Armas, han emprendido la fabricación de todo género de vehículos industriales, de los cuales han entregado durante el año 1930 las siguientes unidades:
   Un camión de carga sobre chasis tipo “Ha” (motor de cuatro cilindros), para las Minas de Rodalquilar.
   Un camión de carga sobre chasis tipo “Jab” (motor de cuatro cilindros), para la Cerámica de Villaverde.
   Doce autobuses sobre chasis "Jza” (motor de seis cilindros), para la empresa Roca, de Barcelona.


   Tres autobuses sobre chasis “Jza” (motor de cuatro cilindros), para la empresa que explota en Córdoba la línea entre esta capital y “Secem”. Se encuentran en curso de fabricación diversos chasis de cuatro y seis cilindros y distintos tipos de carrocerías para camiones y autobuses.

Publicado en 1930 por la Sociedad Española de Construcciones Navales.


viernes, 26 de febrero de 2016

La casa del pueblo de Baracaldo.- 1930

La casa del pueblo de Baracaldo.- 1930

   Bilbao, la gran ciudad, la hermosa capital del antiguo señorío, la histórica villa del Nervión, gloria industrial de España y emporio de riqueza, tiene algo más que los Altos Hornos y el candente vigor de sus fraguas: tiene el esfuerzo templado de sus hijos que transforma en acción todas las inquietudes del pensamiento. Pueblo de luchas, de hondas y sentidas luchas sociales, ofrece campo abonado, como dice el gran Unamuno, para que allí fructifique una nueva política y salga idealizado el actual materialismo histórico.

Vista general de Baracaldo, la ciudad de los Altos Hornos, cuyas actividades proletarias parecen
convertirla en Meca del obrerismo
   Por eso yo, pobre viajero condenado a recorrer pueblos y más pueblos, tengo que hacer un alto en Baracaldo para no seguir siempre sobre las mismas rutas, admirando su característica, tan genuina de este pueblo esforzado.

   Cada país ha formado su ambiente expresándolo así en sus costumbres y a Baracaldo corresponde, en gracia suya, haber recogido la más viva manifestación del proletariado, erigiéndose en Meca del obrerismo en España.

   Justo es ofrecer al lector, ya que la ocasión se nos brinda propicia, una parte siquiera de sus actividades en el terreno de las actuaciones sociales, recogiendo sobre las cuartillas todos los latidos, todas las palpitaciones y todas las aspiraciones de esta Vizcaya social que trabaja y se afana por el engrandecimiento moral de España, ayudada por sus obreros, que desde sus modestas organizaciones encarnan el más fervoroso espíritu social.

LO QUE SON LAS CASAS DEL PUEBLO
   Las casas del Pueblo tienen como especial misión la de acoger al obrero en su seno, orientándole principalmente en las luchas del capital y el trabajo. Son tribunas abiertas a todos los ideales generosos y nobles; cátedras que regulan la actividad y conducta del obrero, dotándole de una conciencia moral, vigorosa y amplia, sin más limitación que la que impone, naturalmente el espíritu de clase, sin el cual el obrero perdería su condición de tal. También constituyen un verdadero vivero de ciudadanía, adonde acuden solícitos en busca de estímulo cuantos sienten una legítima preocupación por la cosa pública. Ellas influyen evidentemente en todas las manifestaciones de la vida nacional, y así lo han reconocido los Gobiernas de casi todos los países acudiendo a ellos las más de las veces en busca de una colaboración ciudadana. Y es que el sentimiento sagrado del derecho ha penetrado en ellas, y ya no es posible volver la espalda a la realidad. Hoy son cientos de miles los obreros que acuden allí, empleándose en la elaboración de un mismo protocolo: la justicia social. Cada obrero por si es ejecutor de operaciones parciales, de cuyo conjunto surgirá la victoria anhelada. ¿Será preciso añadir, sean cuales fueren las razones contrarias, que hoy nos manifiesta la influencia del obrerismo en la vida social y política de un país medianamente próspero?.

   He ahí por qué las Casas del Pueblo merecen preferentemente nuestra atención como verdaderas escuelas de ciudadanía, difíciles de reemplazar en nuestros días. Su papel se parece mucho al die una Municipalidad que mantiene ciertas condiciones de trabajo en pro de los obreros, al lado de otras aspiraciones de carácter general que afectan a la economía, a la salubridad y a la higiene de un pueblo. De ejemplo nobilísimo puede servir a nuestros lectores la Casa del Pueblo de Baracaldo, modelo de instituciones de esta índole, que en orden a la legislación y gobierno de su pueblo encierra el ideal de los obreros bilbaínos.

El nuevo edificio en construcción de la Casa del Pueblo, en el que
han puesto sus afanes los obreros que lo han levantado.
LA OBRA SOCIAL SE FORMA Y SE ACRECIENTA
   No es mi prurito, ni mucho menos, descubrir nada nuevo, sino ofrecer lo ya conocido; por eso he dirigido mis pasos hacia esta Casa, una de las principales de España, en busca de los humildes y abnegados proletarios.

   En la misma puerta he sorprendido al presidente de la Federación Local, Baldomero Álvarez, hombre fuerte y luchador.
   A los pocos minutos compartíamos amigablemente en íntima conversación.
- ¿Cuándo se fundó la Casa del Pueblo?.

- En el año 1911- me responde -. Costó tan magna como bienhechora idea muchos sacrificios difíciles de enumerar. Contribuyeron a fundarla distintos Sindicatos, entre ellos el Metalúrgico, Minero, Oficios Varios, Construcción y la Agrupación Socialista.
   Más tarde se incorporaron a nosotros los dependientes de comercio y obreros del mueble. No tardaron todos ellos en reconocer las ventajas de la organización, engrosando nuestras filas distintos sectores que habían permanecido hasta entonces indiferentes.
   Mi primer Congreso obrero de Vizcaya se celebró hará próximamente veinte años, y bien definidas dejó las aspiraciones proletarias: jomada de ocho horas, seguro contra el paro, retiro obrero; en fin..., aspiraciones que han sido satisfechas en parte por el progreso de los tiempos, habiéndose muchas de ellas convertido en realidad.
   La obra social subía porque el entusiasmo iba adquiriendo caracteres imponentes. Los obreros todos desarrollaron su actividad en las luchas sociales, y muy pronto acudimos a los colegios electorales, obteniendo provechosos resultados.

_¿Quiénes fueron los primeros representantes en el Municipio?.

­_Mauro y Francisco Ozaita, Evaristo Fernández, Pedro Ortega, Agustín Grondrán, Vitórica, Arias y Vidal.
   La labor desarrollada por nosotros en el Municipio dio sus consabidos frutos, consiguiéndose, merced a nuestro esfuerzo, la reglamentación de muchísimos servicios que afectan al bienestar público: municipalización de todos los servicios de matadero, estableciéndose tablas reguladoras para la venta de camas; colonias escolares (una funciona actualmente debido a nuestro celo); pensiones para los inutilizados; fundación de escuelas, y ponga usted aquí etc., etc. Y ya lo ve usted –me dice con gran satisfacción-, hoy la Casa del Pueblo, gracias al esfuerzo de todos, dispone de una organización estable y fija, de unos estatutos que fijan sus finalidades y de un espíritu que marca sus orientaciones.

LA CASA DEL PUEBLO, SENCILLA EN SU ARQUITECTURA, ES RICA EN IDEÓLOGIA
   El edificio destinado a Casa del Pueblo (que se está construyendo en la actualidad) es propiedad de las Sociedades que integran la Federación Local; es un edificio sencillo, construido palmo a palmo y ladrillo sobre ladrillo, en el que han ido poniendo sus afanes millares de obreros que hoy se envanecen justamente de su obra. En conjunto se inspira en los principios de sobriedad arquitectónica mucho más que en el aparato externo. La fotografía que ha tomado mi compañero bien reproduce su sencillez.    
   Añadamos, sin embargo, que sobre su tonalidad empobrecida resplandecen bellas perspectivas que sirven de luminaria a la actuación del proletariado.
_¿Cuánto ha costado tan soberbio edificio?.
_Doscientas mil pesetas –responde mi entrevistado-. Las Sociedades obreras de la localidad han aportado cien mil, y el resto se ha conseguido mediante un préstamo que ha hecho la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao.
_¿A pagar cómo?
_Los intereses por trimestres vencidos y el capital en treinta años.
_¿Han satisfecho ustedes algún plazo?.
_Todavía nada -me responde. Pero en la respuesta se advierte un aire de optimismo muy confortable y halagador.

LA ORGANIZACIÓN OBRERA, SALVAGUARDIA DE LOS INTERESES DEL PROLETARIADO
_¿Qué ventajas encuentra usted en la organización?.
_Enormes. Mientras no hubo Asociaciones obreras la práctica venía condenando a los trabajadores al entero capricho del patrono. Así está la historia del siglo XIX con su consabida receta ilícita de iniquidades y crueles experiencias. Su desenlace nos ha enseñado el género de abusos que permitía el régimen de libertad absoluta del trabajo. Y son pocos los países, sean cuales fueren sus Gobiernos, que no obligan al legislador a intervenir en tales casos. Hasta la misma España, que no ha ido muy adelantada en estas cuestiones, ha, tenido que ir a la organización paritaria.
_¿Pero ustedes creen en la eficacia de esos Comités?.
_Indudablemente. Pues esas Juntas de obreros y patronos que hoy no parecen nada pueden llegar en muchos casos a la verdadera solución del conflicto. Podemos decir también, sin temor a equivocarnos, que han atenuado, en parte, la lucha de clases, y ésta, sin perder su sana orientación, ha evolucionado hacia las normas legítimas del Derecho. Y en el terreno práctico no hay por qué ocultar que benefician al obrero, mucho más si se las compara con las antiguas Juntas de Reformas Sociales, en las que no imperaba mas que el criterio del cura, del cacique; nunca el de los trabajadores

LOS ESCASOS JORNALES QUE DISFRUTAN ALGUNOS OBREROS RECLAMAN LA URGENTE INTERVENCIÓN DEL LEGISLADOR
   Mucho interesan las ideas que aporta mi interlocutor a esta información; pero entre todas ellas acaso sea la más interesante ésta, que refleja la miseria a que están condenados numerosos obreros, a los
que la insuficiencia de sus sálanos no les permite no ya vivir, que sería alcanzar el cielo, sino malcomer, que es la primera y más urgente de las necesidades del hombre.
_Y por si alguien pusiera en tela de juicio la veracidad de mis afirmaciones, ahí van datos- me dice el presidente.
   Un guardabarrera gana en la actualidad de 3 a 4,50 pesetas diarias, obligándosele a jornadas de diez y doce horas. Un peón de fábrica, por lo general, de 5 a 6, con el duro trabajo que en muchas partes suele tener este cometido. El jornal de un repartidor de pan o de leche oscila igualmente entre las 5 y 6 pesetas.
_Pues en lo que afecta a la mujer, doble peor- exclama uno de los obreros que escucha nuestra conversación.
_La cortadora de encajes tiene jornales de 1,25 a 2,50 diarias. Muchas pantaloneras ganan por cada pieza 0,50, y vienen a hacer unas cuatro al día. La rematadora de camisas, 0,80 por camisa, y suele hacer unas dos cada día. Las tejedoras e hilanderas no quiero decir hasta dónde llegan, juntamente con las claveras, que no pasa ninguna de catorce reales.
_¿Cómo pueden vivir de ese modo?.
_Como Dios quiere; unas, ayudando en su trabajo con las hijas, niñas menores de trece años muchas de ellas; otras, realizando un trabajo superior a sus fuerzas físicas.
_Así es. La vida de esas pobres mujeres, muchas con niños pequeños a quienes procurar el sustento, merecería una atención que no se le presta por parte de todos. Su vida miserable y heroica no es vida, es una serie fatigosa de trabajos incesantes, a menudo muy duros, proseguidos en condiciones insalubres, con viviendas antihigiénicas y sometidas a un esfuerzo excesivo.

Nuestro compañero José Racamonde recogiendo sobre las cuartillas las aspiraciones de los obreros
bilbaínos
LA POCA ATENCIÓN QUE LOS GOBIERNOS PRESTAN AL MALESTAR DE LOS TRABAJADORES OBLIGA A ESTOS A INTERVENIR EN LA VIDA POLÍTICA DE UN PAÍS
   Los principales elementos de vida, después del alimento, son el aire, la luz y el agua. Por eso es difícil que la vida de los trabajadores se desenvuelva en un ambiente risueño y confortable. La vivienda pequeña y maloliente, adonde no penetra, la luz vivificante del sol; las paredes que limitan su estrecho e infeccioso horizonte; la alimentación escasa e insuficiente a que se condena al obrero en muchos casos, es causa no ya del malestar social, sino también de la pérdida de energías productivas.
   Eso reclama al obrero en la vida política de los pueblos, en tanto los Gobiernos no se preocupen de resolverlo.

EL ESFUERZO DE LOS TRABA.JADORES, FUENTE PROVECHOSA Y VERDADERA DE UNA PROSPERA ECONOMÍA NACIONAL
   Baracaldo tiene cerca de diez mil obreros, hermosa cifra que es un honor para este pueblo eminentemente industrial, porque revela la fortaleza, el vigor de estos trabajadores, ya que ellos rinden diariamente el fruto intenso de sus fatigas, tan provechoso para la economía nacional.
_Resulta estéril- me dice mi buen amigo- el esfuerzo de algunos gobernantes modernos de querer impulsar la obra económica nacional. Proteger la economía y no amparar al obrero es un contrasentido. En nuestro concepto se debe, de una manera más general, afirmar que el interés nacional será grave y evidentemente comprometido siempre que las condiciones de trabajo pongan en peligro la existencia o vitalidad de la clase obrera.
_¿Qué será de esta familia si la escasez del jornal obliga a la esposa y madre a abandonar el cuidado de sus hijos y de su hogar para tener que ir a buscar el pan?.
   Nadie dudará las graves consecuencias que esto acarrea para el progreso de un pueblo. El catolicismo ha reclamado siempre para sí la defensa de la familia y de la sociedad.    Pero ¡ pobre familia si no se reintegra a la madre a las leyes naturales y humanas !. ¡Pobre sociedad si se deja al obrero en la imposibilidad de cumplir los deberes que como ciudadano le incumben!.
   Ni la una ni la otra podrán subsistir no basándolas en la fuerza y en el valor de los individuos que las componen.
   Las palabras de este obrero concienzudo y culto, llenas todas ellas de una gran pasión, van conquistando mi ánimo poco a poco.

EL PROBLEMA SOCIAL TIENE SU ASIENTO EN LA CASA DEL PUEBLO
   El problema social uno de los problemas más arduos, y que, pese a los trabajos para combatirlo, hoy subsiste con la misma intensidad que ayer. A las Casas del Pueblo debe recurrirse, por tanto, si se quiere encontrar en parte la solución del conflicto, porque allí es donde se manifiesta una mayor actividad por estos problemas descuidados por muchos hombres de ciencia e incomprendido por otros que se han venido titulando intelectuales.
   Las Casas del Pueblo, sin embargo, sin tener diplomas de doctas y careciendo de los más indispensables medios culturales, han realizado en el seno de las masas proletarias una labor altamente educadora y cívica, interpretando mejor que nadie el momento histórico que vivimos.
   La ciencia de la vida, superflua para los cerebros mediocres, se refugia hoy en la Casa del Pueblo. En ella se adquieren las verdaderas enseñanzas humanas, y en ella se forman los verdaderos entendimientos prácticos, bien armados y dispuestas para la lucha por la vida.
_Los verdaderos rudimentos del Derecho han entrado en nuestros programas, junto con el más pleno sentido de la ética; el arte como disciplina de la Naturaleza va adquiriendo en nosotros un estado práctico y racional; la ciencia se completa en nosotros, que la incorporamos a la vida; la educación física va acompañada con ejercicios que sólo el obrero practica.
   Pocos degenerados mentales encontrará usted entre los trabajadores y escasos neurasténicos, como es frecuente observar en personas que viven un ambiente enfermizo.
   En efecto -pienso para mí- . El día que el obrero se dé cuenta del alto grado que ocupa será el día de una verdadera transformación social.

El nuevo edificio de la Casa del Pueblo.
LA CLASE TRABAJADORA, CAPACITADA PARA INTERVENIR EN LA VIDA PÚBLICA
_¿Cree usted que los obreros se hallan capacitados paira intervenir de un modo decisivo en la vida política española?.
_Capacitadísimos -me responde-. Los obreros disponemos hoy de elementos muy preciados para ello. Por otra parte, un país que ha tenido en la política tantas mediocridades no se va a mostrar exigente con nosotros.
   La cultura ya ha dejado de ser patrimonio de unos cuantos para convertirse, de privilegio que era, en fuente de derecho público.
   La Prensa, divulgando conocimientos y practicando métodos, ha puesto la cultura, que antes se encerraba en los paraninfos, al alcance del pueblo, realizando con ello una de las más trascendentales obras de la democracia. Y a nadie puede extrañar que la clase obrera, atenta siempre a su emancipación, haya aprovechado esta circunstancia como otras tantas que nos ha traído el progreso.
­_¿Cree que la opinión pública está en pro de la causa obrera?.
_Totalmente no. En su masa permanece indiferente, desconfiada. No se ha convencido lo bastante de nuestra actuación ni de la eficacia del remedio; pero nosotros seguiremos laborando como siempre, y mucho más cuando se nos garanticen los más indispensables derechos de ciudadanía.
   Siendo así –exclama-  mejor para  nosotros y mejor también para ellos porque la intervención de la clase trabajadora en la vida de un pueblo afirma el centro de gravedad de la política en general y da a la vida nacional un ritmo de orden, de serenidad y de cordura. Esto lo saben muy bien los grandes gobernantes, que procuran por todos los medios imaginables la colaboración del proletariado a la obra regeneradora de la sociedad.
_Pero ustedes son partidarios de un sistema político determinado. -afirmo yo.
_Ni siquiera. Entre los obreros organizados los encontrará usted de todas las tendencias. Lo que ocurre es que la clases obrera, como tal no puede permanecer indiferente ante los numerosos problemas que se le presentan y reconoce ante todo, como es lógico, su existencia vital.
   Nosotros no queremos la lucha de clases; la reconocemos, que no es igual.
_Luego ustedes son socialistas.
_Si a eso le llaman socialismo, pues sí, señor, lo somos; mejor dicho, lo debemos ser.

COMO  DEFINEN Y ENTIENDEN El SOCIALISMO LOS OBREROS
_¿Cómo entienden ustedes el socialismo?
_Para nosotros más que un sistema político es una escuela económica que dirige los esfuerzos hacia las entidades corporativas. Los Sindicatos, las Cooperativas, las Organizaciones en general. Todas las individualidades, por indistintas que sean, han de supeditarse al bien común.
   ¿Qué sería de la Humanidad de no ser así?. Por eso los obreros, que no podemos marchar por la vida sin el auxilio mutuo de unos con otros, tenemos el deber ineludible de unirnos y organizarnos. Esa es nuestra táctica y nuestra orientación política. Todo lo demás se nos agrega por añadidura. Existe el prurito muy generalizado entre nuestros adversarios de atribuirnos métodos y orientaciones que no entran en nuestro ideario ni es nuestra manera de ser. No pretendemos la igualdad absoluta, como suponen equivocadamente algunos de nuestros enemigos; lo que anhelamos es sencillamente las mismas condiciones para todos desde el punto de partida. Un hombre, al nacer, debe encontrarse en idénticas circunstancias de supervivencia que los demás. No comprendemos que a unos se les limite el radio de acción para defenderse en la vida, mientras otros se encuentran con el horizonte sumamente despejado.
   Hay que dotar a todos con las mismas armas de defensa para la lucha humana. Ya habrá tiempo más tarde de establecer diferencias cuando el esfuerzo, el talento, el mérito, o la voluntad se encarguen de encumbrar a unos y postergar a otros.
   Las razones alegadas por mi entrevistado tienen un ferviente amor a la causa del proletariado, y están dichas con tal pasión que el reportero no puede ocultar que se halla emocionado al recogerlas...

Publicado el 25 de Febrero de 1.930 por José Racamonde

En el Heraldo de Madrid.


sábado, 20 de febrero de 2016

En Brazos de la caridad.- 1929

En Brazos de la caridad.- 1929

Casa donde residía Pedro Paris.
   La nota emocional más acentuada de la catástrofe de Baracaldo ha sido la de los huérfanos del desgraciado obrero Pedro Paris. Como se sabe, era éste natural de Calzada de los Molinos, provincia de Palencia, y todavía joven, pues cifraría los treinta años, hacía dos meses que había perdido a su esposa, víctima de cruel enfermedad, que no solo se llevó para siempre a la joven madre de unas criaturas, sino que acabó también con los escasos recursos de un hogar humilde. Pedro París quedó viudo con tres niños en la más extrema indigencia. Entonces su hermano Luis, que reside en el pueblo, se llevó a los dos mayores: una niña de seis años y un niño de cuatro, quedándose Pedro con el pequeño, Florencio, que tiene diez y ocho meses, y que su padre no tuvo valor para separarse de él.
   Pedro París, después de sus desdichas, empezó a trabajar afanosamente, con la esperanza de rehacer pronto su hogar; acudía puntualmente al trabajo, y como dato revelador de su difícil situación económica, observaron algunos compañeros que aun en los días más lluviosos iba Pedro al trabajo por los caminos encharcados calzando alpargatas; pero, eso sí, a sus niños nunca llegó a faltarles nada.
   Cuando mayor era su afán por mejorar de situación le sorprendió la catástrofe, dejándole gravemente herido. El desventurado obrero fallecía a las pocas horas en el botiquín de la fábrica, suplicando á los presentes con palabras desgarradoras que no abandonasen a sus hijos.
   Al ocurrir la desgracia fueron muchos los que se preguntaron en qué situación quedarían los huérfanos de Pedro, máxime sabiendo que el pequeñín vivía con su padre. Nosotros, cumpliendo el deber de informadores, nos propusimos averiguarlo.
   Personado en Baracaldo, pregunté a unos obreros compañeros del finado por el domicilio del mismo, y me acompañaron hasta las afueras del pueblo, poniéndome enfrente de un sendero que se dirigía monte arriba. Avancé resueltamente, a pesar de la lluvia, que caía a torrentes. La pendiente, algo pronunciada, y por otro lado la hierba mojada, mezclada con la arcilla escurridiza, hacía el camino, más que intransitable, peligroso.

El pequeño Florencio en el patio de la casa.
   Pasé por unos prados y unas huertas, y sin saber cómo me encontré en el corral de una casa de campo. Los ladridos furiosos de unos perros delataron mi presencia. Acudió el dueño, a quien, después de pedirle mis excusas por el allanamiento de morada, le pregunté por el domicilio del difunto, y me orientó hacia otra casa de campo donde residía el obrero Pedro Paris (q. e. p. d.)
   Aquí me salió al paso otro can, quien al verme llegar con unos aparatos, creyó, sin duda, que yo iba en plan de guerra, y por la actitud que tomó , el perro se veía bien claramente que estaba dispuesto a vender cara la entrada de la vivienda. Atraído por los ladridos, salió un niño a la puerta, que era precisamente el nene que yo buscaba. Al aparecer el huérfano, el perro se puso imponente; temí que llegara a romper la cadena y me devorase.
   No está desamparado el pequeño Florencio; a continuación salió una joven vestida de luto, cuñada del difunto, quien cuidaba ya del hogar desde la muerte de su hermana. Con ella vive el niño; además, al tener noticia de la catástrofe y del triste fin de su hermano Pedro, llegó ya a Baracaldo Luis Paris, el que recogió a los dos mayores, y que reside, como hemos dicho, en Calzada de los Molinos, de la provincia de Palencia.
   De todas formas, Luis, es un pobre trabajador como Pedro, y ha de necesitar, para sacar a estos niños adelante, de todo el apoyo que la caridad le preste. Como sabemos, la Sociedad Altos Hornos ha donado la cantidad de doscientas mil pesetas, aparte de las indemnizaciones legales, para las familias de las víctimas. El gobernador civil socorrió también momentáneamente a los afectados por esta gran desgracia, y lo mismo ha hecho el Gobierno. Además, el Ayuntamiento de Baracaldo, como rasgo humanitario que le honra, ha encabezado una suscripción popular con diez mil pesetas.

Vista de los Altos Horno de Baracaldo,
desde la casa del infortunado obrero Pedro Paris.
   Una nota sentimental que conmueve fue el telegrama que se recibió ayer en el Gobierno civil, que decía: “Encargóme de educación y alimento de un huérfano de Pedro París, víctima catástrofe Baracaldo. Osuna, Quintana, I. Manuel Morales.”
   Son también de apreciar los ofrecimientos valiosos de los hermanos Agüero, Diego Mazquiarán, Fortuna, Valeriano León, Camila Quiroga y otros.
   ¡Qué gran consuelo se hubiera podido proporcionar a aquel alma atormentada del padre agonizante si en aquellos tristes momentos alguien le hubiese dicho: “Pobre obrero, laborioso y bueno, muere tranquilo, que tu última plegaria ha sido escuchada por la Caridad!”


Publicado por Gil del Espinar el 6 de noviembre de 1.929

En Mundo Gráfico.


jueves, 11 de febrero de 2016

Después de la catástrofe de Baracaldo.- 1929

Después de la catástrofe de Baracaldo.- 1929

Esta es la caldera en que explotó el horno que ha causado
 esos once muertos y esos veintidós heridos.
   De vez en cuando, la vida de las ciudades- a esa vida que es tranquila, a pesar de su inquietud –llega un eco de otra vida cercana y trágica. Un eco que es como un aviso y un recordatorio. Como  si una voz próxima dijese a esas ciudades plácidas y felices: -¡Eh! No te olvides, ciudad, de que cerca  de ti alienta  un dolor, se agazapa un esfuerzo que puede, cuando menos lo esperes, convertirse en tragedia. Cerca de ti, casi sin que tú  adviertas su vida heroica, vive algo que, no por ser menos escuchado, menos sentido, es menos real. Algo que en una hora imprevista, en una de esas horas que engendra la Desgracia, puede ser sangre, y grito y luto. Algo que entonces agujereará y estremecerá tu conciencia, ciudad...-
   Y ese algo que un día imprevisto estremece la conciencia de las ciudades es, una vez, la galerna cuyas bocas obscuras tragan unas cuantas vidas de trabajadores del mar, en una hora que hace viva la vieja frase: "¡Y aun dicen que el pescado es caro!...” Otra vez es el grito angustioso de los obreros sepultados en una mina; de los obreros que sienten sobre sí la doble trágica sombra: la sombra de las entrañas de la tierra y la sombra de la muerte.
   Y en otro momento, como ahora, es la tragedia que busca como escenario el fondo dantesco de unos altos hornos. La gama de los más desgarrados gritos humanos- esos once muertos, esos veintidós heridos –ha puesto un dramático acompañamiento al estampido de la explosión. Cuando cesó el estruendo de ésta, su eco era, sobre el suelo, entre hierro y fuego, aquellos hombres rotos, aquellos rostros desfigurados, aquellos cuerpos mordidos por las llamas. Habían cesado los gritos, al entrar las vidas en el supremo silencio. Pero ya nuevos gritos- los familiares, los camaradas -reflejaban la tragedia.

En el interior de los Altos Hornos, obreros y familiares esperaban con trémula inquietud
 noticias de los trabajos de extracción de víctimas.
   Vizcaya ha puesto crespones en sus banderas de trabajo y de esfuerzo. Como la gran región, España siente también en lo más entrañable de su espíritu el luto de la catástrofe. Hora de luto en Vizcaya, en   la tierra de los cielos grises, de los mares encrespados, de las entrañas de hierro, que a veces se agitan y se rebelan como mares también. En esta hora, España estrecha emocionadamente la mano a la región que ha visto en esa hora angustiosa el rojo de la tragedia al rojo de sus Altos Hornos.
   Pero una vez cumplido este deber sentimental que todos los españoles tienen hoy con Vizcaya, ante  la tragedia de Baracaldo, queda en pie algo que se eleva con fuerza y con gallardía de imperativo categórico: la exigencia de responsabilidades por lo ocurrido, el establecimiento de garantías de seguridad para el trabajo...
   Bien es verdad que ante los hechos de esta índole se ha convertido ya en un tópico la repetición de esas viejas palabras: responsabilidades, garantías… Son las dos palabras que acompañan siempre, en el retablo de la opinión española, a toda hora de dolor.
   Muy nuestro, muy español, esto de curar, en vez de prevenir; de lamentar lo ocurrido, en vez de poner los medios para que no pudiera ocurrir. Para que los teatros pusieran un día los telones metálicos, fue preciso aquel gran dolor de Novedades, luto en la carne y en el corazón de Madrid.
   La catástrofe de ahora- once muertos, veintidós heridos -ha podido, según las informaciones de los diarios, revestir proporciones mucho mayores, si la explosión se hubiese proyectado hacia la carretera y no hacia la ría; en este caso habría volado el pabellón de oficinas.

Miles de obreros acompañaron en Baracaldo al cortejo de las víctimas de esta catástrofe.
   Por todo ello, por lo que en ello hay, para la vida del trabajo español, de lección de dolor, es preciso que esta vez el trágico hecho no tenga sólo las consecuencias de siempre: los socorros a las familias de las víctimas, los comentarios sentimentales de los periódicos. A la retórica fugitiva y lastimera de siempre ha de unirse, como un grito viril- el silencio supremo de las víctimas está gritando también-, la demanda de que se hagan una realidad efectiva, rotunda, aquellas dos palabras tan gastadas y, sin embargo, tan poco verdaderas: responsabilidades, garantías...

Publicado el 25 de Octubre de 1.929

En el diario Nuevo Mundo.


miércoles, 3 de febrero de 2016

Catástrofe en Baracaldo.- 1929

Catástrofe en Baracaldo.- 1929


BILBAO 18 de Octubre de 1929. La catástrofe de Baracaldo cuyas causas aún no están bien determinadas, nos ha producido un hondo dolor, porque la fatalidad ha ido a encarnizarse una vez más en los hijos del trabajo.
   Espanta el pensar, y de ello es pálido reflejo la Información de nuestros corresponsales, los horrorosos sufrimientos que han privado de la vida o han herido cruelmente a tantos hombres que en los Altos Hornos peleaban bravamente con el metal para llevar a sus hogares un puñado de pesetas,  sostén de sus familias.
   Es ya tópico obligado, pero cada día más inexcusable, el exigir que se depuren las responsabilidades y el pedir que las labores de los obreros siderúrgicos se realicen con aquellas garantías necesarias en evitación de catástrofes como la que ahora enluta a Vizcaya y a España entera. Ese montón de cadáveres, esos heridos que toda la vida guardarán memoria y señales indelebles de la explosión ocurrida ayer viernes, son un grito de dolor, una angustiosa apelación. Por humanidad, y este ideal es el que informa siempre a LA LIBERTAD, es menester que los trabajadores rindan su esfuerzo con el máximo de garantías, con las mayores seguridades para su vida, que es sagrada, ya que tan brava y generosamente la exponen en aras del progreso y de la civilización.
   A Baracaldo, a toda Vizcaya, la industriosa, vaya nuestra condolencia, la expresión fervorosa de nuestro pesar.

Un aspecto de los Altos Hornos, donde se ha producido la catástrofe.
Bilbao. 18. La primera noticia.- Esta mañana, a las once, en los Altos Hornos de Baracaldo estalló un horno de alimentación.
   A consecuencia de la horrorosa explosión han perecido once obreros y han resultado heridos veintidós más.
   Se había dispuesto reparar el horno núm. 2, y a tal efecto, a las nueve de la mañana, se procedió a descargarlo. Terminada esta operación se instaló en el exterior un andamio de albañilería. Tomaron parte en el trabajo cuarenta obreros.
   De improviso, una fuerte detonación sorprendió a todos. Se derrumbó el horno con su andamiaje.
   A consecuencia de la explosión quedaron destrozados numerosos cristales de la fábrica y de los edificios cercanos. Créese que aquella se produjo por haber entrado por una grieta del horno de alimentación cierta cantidad de agua y mezclarse con el caldo de hierro.

El público estacionado ante los talleres de Altos Hornos para inquirir noticias de la catástrofe.
Enorme Impresión.- La noticia de la catástrofe produjo honda impresión en Bilbao.
   Los primeros rumores fijaban en 20 el número de muertos y en 50 el de heridos y desaparecidos.
   Muchas familias de Bilbao y de los pueblos que tienen parientes trabajando en la fábrica de Altos
Hornos, donde ocurrió el suceso, se trasladaron a Baracaldo para adquirir noticias de lo ocurrido.
   En las inmediaciones de la fábrica se congregó gran gentío, que comentaba el suceso con emoción.

Los primeros trabajos de socorro.- Inmediatamente todos los operarios de los hornos 1 y 3, así como el personal de oficinas, corrió al lugar de la catástrofe y comenzaron los primeros trabajos de socorro.
   Al botiquín de urgencia de los Altos Hornos fueron llevados los primeros heridos. Otros fueron por su pie. Fuerzas de la Guardia civil y miñones acordonaron el lugar siniestrado, impidiendo que centenares de obreros y gran número de mujeres se acercasen a los escombros. Aunque en los primeros momentos desconocíase el número de víctimas y la fuerza de la explosión hacía presumir que había ocurrido una gran catástrofe, la actitud del pueblo y de la masa obrera era tranquila.
   Caso de que la explosión se hubiera proyectado hacia la carretera en vez de hacia la ría, habría volado el pabellón de oficinas y la magnitud de la catástrofe hubiera sido mucho mayor.

Once muertos.- Sin embargo, a medida que se Iban llevando a cabo los trabajos de salvamento, crecían en la multitud la ansiedad y la dolorosa emoción.

Benito Ávila y Antolín San Martín.
   El total de los muertos asciende al número de once. A ellos corresponden los nombres siguientes:
Eusebio López,  Antolín San Martín. Segundo León, Pedro París, Rafael Alcalde, Jacinto González, Benito Ávila, Marcelo Lesmes, Wenceslao Gámiz. Luis Cárdeno y Francisco Lombardero.
   Estos dos últimos se encuentran aún bajo los escombros.

Luis Cardañoso, Jacinto González, Segundo León, Esteban López.
Veintidós heridos.- Los heridos graves son: Venancio Espinosa. Pedro Bilbao, Florencio Martínez, José González y José Álvarez.
   Los heridos menos graves y leves ascienden a veinticuatro.
   Los trabajos de descombro se realizan con gran actividad. Se lucha con grandes dificultades a consecuencia de la enorme masa de materiales almacenada por la explosión.

Luis Garrido y Pedro Bilbao.
Auxilios a los heridos.- En el cuarto de socorro municipal han sido curados de diversas lesiones y quemaduras: Miguel González, de cuarenta y un años; Valentín Vayo, de cincuenta; Ramón Rodríguez, de diecinueve; José González, de veintiocho; Bonifacio Calvo, de veintiocho; Evencio Martínez, de veinticinco; Esteban Escobar, de veinticinco; Teodoro González, de veintiséis, y Pedro San Bartolomé, de treinta y ocho.
   En el Hospital Quirúrgico fueron asistidos; Venancio Espinar, de cincuenta años; Pedro Bilbao, de veintidós; Florentino Martín, de cuarenta y tres; José González, de veintiocho, y José Álvarez, de veintidós.
   Todos presentan heridas y contusiones diversas.
   Se ignoran aún los nombres de los otros heridos.

Un obrero loco de espanto.- Junto al horno fue encontrado un obrero con síntomas de locura, debido al espanto que le produjo la explosión.

La actuación del Juzgado.- A las tres de la tarde se presentó en el lugar de la catástrofe el Juzgado para proceder al levantamiento de los cadáveres encontrados entre escombros y en el agua recogida para las operaciones de enfriamiento del horno.
   Los cadáveres aparecen mutilados y presentan horribles quemaduras.

Escenas desgarradoras.- Como antes dijimos, fuerzas de la Guardia civil y miñones rodeaban el lugar de la catástrofe. Impidiendo el acceso de los familiares de los obreros.
   Entre la multitud aumentaban a medida que eran encontrados en los trabajos de salvamento los obreros víctimas del trágico suceso la inquietud y el dolor.
   Se desarrollaron escenas desgarradoras al ser extraídos los muertos y al ser conducido los heridos, para su curación, a la Clínica de urgencia.

Lo que cuenta el capataz del horno Fernando Barainóa.- El capataz del alto horno donde ha ocurrido la catástrofe, Fernando Barainca, nos ha hecho las siguientes manifestaciones con relación al trágico suceso:
   Los ingenieros – manifiesta - advirtieron que el horno necesitaba una urgente reparación. Dispusieron que la operación fuera realizada según costumbre. Comenzaron los trabajos a las ocho de la mañana. Una hora después se hablan descargado cuarenta toneladas de materias fundidas.
   La catástrofe ocurrió cuando, después de pasar lista a la brigada de reparación, iba yo con dicho documento a la Dirección. El descargue fue realizado normalmente. Al efecto hablan sido adoptadas las precauciones de rigor. Cabe pensar únicamente que por una grieta de la parte destinada a la circulación del agua para la refrigeración se filtrase determinada cantidad da liquido por debajo de la última capa en fusión y que se quedara en el horno. Vaporizada el agua instantáneamente, sin que el vapor encontrase salida, sobrevino la explosión. Nada de esto hubiese acontecido si alguna grieta hubiese dejado paso al agua sobre la materia fundida.

Investigación oficial de las causas de la catástrofe.- Por la tarde estuvieron en el lugar del suceso el gobernador civil y las autoridades de Bilbao.
   El gobernador civil ha ordenado que el inspector del Trabajo y el ingeniero Jefe de Minas realicen una investigación en el lugar del suceso para aclarar las causas del siniestro.

Dos obreros milagrosamente salvados.-  Entre los casos curiosos registrados con motivo de este triste suceso se refieren los tres siguientes:
   Un maquinista debe su salvación al hecho de haber ido a buscar una herramienta que le faltaba en el momento de ocurrir la explosión; otro obrero tuvo la ocurrencia de fumar un pitillo en el momento de estallar el horno, al ir a buscarlo a la chaqueta, que había colgado en lugar lejano, y otro, por fin, al cual se le prendieron las ropas y fue desnudado rapidísimamente por los compañeros que acudieron en su auxilio.

Entierro de las víctimas.- A las tres y media de la tarde se verificó la conducción del cadáver de León Eusebio López al depósito del cementerio.
   Figuraban en la fúnebre comitiva más de 15.000 obreros. La presidían el conde de Zubiria, el marqués de Zubiria, el conde de Motrico, D. Antonio Churruca y el alcalde de Baracaldo.
   Todos los establecimientos cerraron sus puertas.
   A las ocho y media de la noche se verificó el traslado al depósito del cementerio del resto de los cadáveres.
   Concurrieron a la fúnebre manifestación más de 30.000 obreros.

Son extraídos otros dos cadáveres horriblemente destrozados.- Durante la noche continuaron los trabajos de descombro.
   A las once y media fueron extraídos, completamente carbonizados, los cadáveres de Luis Cárdeno y de Francisco Lombardero. Fueron trasladados también al depósito del cementerio.

Obreros en el interior de la fábrica esperando noticias de la extracción de las víctimas.
El Consejo de Administración de los Altos Hornos, ante la catástrofe.- Se sabe que el Consejo de Administración de los Altos Hornos se reunirá mañana y que tomará el acuerdo de costear el entierro de las víctimas y de sufragar los funerales.
   Acaso también establezca pensiones en favor de las viudas, madres e hijos de los muertos. .

Las pérdidas materiales.- Las pérdidas materiales que ha ocasionado la explosión sobrepasan, según nos ha manifestado un alto empleado de los Altos Hornos, a más de un millón de pesetas.

Se suspende el trabajo en señal de duelo.- En los demás hornos se suspendió el trabajo en señal de duelo. No se ha paralizado totalmente, para atender a la alimentación de los hornos y evitar que éstos se apaguen. La consternación en toda Vizcaya es grandísima.
   En muchos edificios se han colocado crespones negros.

El horno destruido por la explosión.- El horno número 2 es el que ha sido destruido por la horrenda explosión.

El Alto Horno donde se produjo la explosión.
   El conjunto de la explotación siderúrgica lo forman cuatro hornos. Tres están en actividad y uno en reserva.
   Las dimensiones principales del horno que ha hecho explosión eran las siguientes: altura total, 23,400 metros; diámetro del crisol, 3 metros; altura de vientre, 8,880; diámetros del vientre, 5,500; diámetro del tragante, 4,45; volumen en metros cúbicos, 380; capacidad del crisol, 40 toneladas de hierro.
   El horno número 2 tenía nueve toberas de un diámetro. Las primeras materias empleadas en este horno, o sean el mineral, la caliza y el cok, se depositan muy cerca del mismo, la carga se verifica por medio de carretillas de hierro de 750 kilos de cabida, que se transportan por los obreros cargadores hasta la plataforma del montacargas. Este aparato vertical y la ascensión doble está movida por una máquina de vapor de cien caballos de fuerza, elevando en cada operación dos carretillas con 1.500 kilos de carga. Para el servicio del horno número 2 hay un solo montacargas, y los aparatos para calentar el aire son 13, del sistema Cowper.
   Se calienta con los gases de los hornos altos, y su ciclo de acción es de seis horas, cuatro para recuperar calor y dos para cederlo al aire que a través de los mismos se Inyecta en los hornos.
   La temperatura del aire varía entre 750 y 850 grados, a la presión media de 8 a 10 libras por pulgada cuadrada, y se produce por seis máquinas soplantes, cinco verticales y una horizontal.
   Diariamente trabajan en cada horno alrededor de ciento cincuenta obreros; pero, como ya decimos
antes, el horno núm. 2 estaba en reparación, y hasta pasadas dos horas, o séase a las tres de la tarde, no entraba a trabajar en él la brigada de obreros. De haberse retardado la explosión unas horas, la catástrofe hubiera sido mucho mayor. Desde luego la causa de la misma, como ya apuntamos antes, fue el mezclarse el hierro líquido con el agua que allí había para la refrigeración, que al mezclarse con el mineral líquido se descompone y produce la materia explotante.
   El horno núm. 2 se dedicaba, como ya se sabe, a la producción de lingotes de hierro. Estos lingotes, en estado líquido, se vierten a unos calderos de diez toneladas de capacidad, los cuales, por medio de unas locomotoras, se conducen al mezclador del lingote, instalado entre el Bessemer y los hornos altos.
   Este departamento tiene por objeto principal unificar la calidad del lingote de hierro que se emplea en los convertidores de acero Bessemer.

Bilbao, 19. Luto en Baracaldo. -El pueblo de Baracaldo se encuentra bajo la impresión tremenda que ha producido la catástrofe ocurrida en la fábrica de Altos Hornos. El dolor se refleja en todos los rostros. En balcones y ventanas se ven crespones negros, y en los edificios públicos se ha colocado la bandera a media asta.
   Los festejos que iban a celebrarse han quedado suspendidos en señal de duelo.
   Jamás hubo en la factoría indicada un accidente de tan terribles consecuencias, pues tan sólo ocurrió otro hace algún tiempo, en el que perecieron dos hombres. En este trágico accidente han perecido, como dijimos ayer, once personas.
   Las causas de la explosión aun no se conocen de una manera concreta, y son varias las versiones que circulan acerca de cómo se pudo producir la catástrofe.

Lo que dice el encargado de Altos Horno.- El encargado de Altos Hornos, D. Pedro Elías, ha dicho que le había extrañado mucho que la explosión se produjese en el homo núm. 2, casi descargado, pues estos estallidos se suelen producir en pleno funcionamiento y lleno el homo de carga, como ocurrió recientemente en el núm. 3, cuya explosión fue muy aparatosa, pero no hubo víctimas.
   Añadió que hasta ahora se había logrado que en las explosiones apenas si hubiera desgracias  personales, porque cuando los hornos están funcionando, los obreros permanecen alejados de los mismos.
-Tan ajeno me hallaba yo a lo que iba a ocurrir- ha dicho el Sr. Elías -, que me marché a la oficina y le dije al encargado: “Aquí no hago falta, pues este horno no ofrece peligro alguno.” Cuando oí la primera explosión no creí que el ruido procediese del homo núm. 2. Ya enterado, me encaminé hacia él, y se me ofreció un cuadro aterrador.

El estado de los heridos.- Todos los heridos que se encuentran hospitalizados siguen mejorando. El de más gravedad no ofrece peligro su vida, es Luis Garrido, que presenta quemaduras generalizada.

Un grupo de obreros a la puerta de la clínica de los Altos Hornos,
 esperando noticias del estado de los heridos.
Continúa el paro.- Una nota del Sindicato Metalúrgico.- Esta mañana se tocó la sirena, y todos los operarlos de las fábricas que la Sociedad de Altos Homos tiene establecidas en Baracaldo entraron al trabajo; pero poco después abandonaron sus tareas. Por tanto, el paro ha continuado hoy.
   El Sindicato Metalúrgico, domiciliado en Erandio, se reunió esta mañana en sesión extraordinaria y acordó editar una boja, que fue distribuida profusamente entre los pueblos de la zona fabril.
   El gobernador autorizó que se hiciese pública dicha hoja. La nota del Comité del Sindicato Metalúrgico dice así:
   “El Comité del Sindicato Metalúrgico, profundamente conmovido por la tragedia ocurrida ayer, y no queriendo complicar innecesariamente la situación, y considerando que ha sido cumplido el duelo por tal desgracia, cree que debe restablecerse la normalidad en los trabajos lo antes posible; es decir, hoy, a las dos de la tarde, y a lo más tardar a las diez de la noche, sin perjuicio de que, realizada la información que sea menester respecto a las causas de accidente, se exijan las responsabilidades a qué hubiese lugar, si éstas existiesen.
   Conviene en momentos como los presentes dar la sensación de serenidad, de disciplina y fortaleza, cualidades que tanto enaltecen a las clases trabajadoras.”

Doscientas mil pesetas y solemnes funerales.- A las once de la mañana se ha reunido en sus oficinas de Bilbao el Consejo de Administración de la Sociedad Altos Hornos de Vizcaya, bajo la presidencia del conde de Zubiria. Se acordó conceder a las familias de las víctimas de la catástrofe una indemnización extraordinaria, aparte de la fijada en la ley de Accidentes del trabajo, por importe de 200.000 pesetas, y celebrar mañana en todas las iglesias de Baracaldo solemnes funerales.
   Una Comisión, compuesta por el conde de Zubiria, Sr. Gandarias y marqués de Triano, visitó al gobernador civil para darle cuenta de estos acuerdos e invitarle a los funerales.

El Ayuntamiento de Baracaldo dirigiéndose en Corporación a los funerales por las
víctimas de la catástrofe.
Mueren después de prestar más de treinta años de servicio.- De los once muertos en la catástrofe, tres de ellos llevaban más de treinta años al servicio de la Empresa: Juan León, treinta y ocho años; Francisco Lombardero, cuarenta, y Eusebio López, treinta y dos.

Telegramas de pésame.- Esta tarde se ha reunido en sesión extraordinaria el Pleno del Ayuntamiento de Baracaldo. Acordó suspender todos los festejos anunciados para mañana y encabezar una subscripción pública a favor de las familias de las víctimas con 5.000 pesetas.
   En el Ayuntamiento se han recibido numerosos telegramas de pésame y ofrecimiento. Entre ellos figura uno de Valeriano León, que se ofrece a dar algunas funciones benéficas.
   En la fábrica de Altos Hornos se han recibido también centenares de telegramas de pésame de la mayor parte de las Industrias españolas y de muchísimos clientes de la Sociedad.

Dos telegramas del presidente del Consejo.- El Jefe del Gobierno ha dirigido un telegrama a la Sociedad Altos Hornos de Vizcaya dando el pésame por la catástrofe y acosijando a los obreros que, sobreponiéndose a su dolor, se reintegren a sus deberes.
   El gobernador civil ha recibido otro telegrama del presidente del Consejo de ministros, en el éste solicita que se le remitan con frecuencia noticias acerca del estado de los heridos y detalles que puedan ofrecer interés.
   Encarga al gobernador civil que represente al Gobierno en cuantos actos piadosos se verifiquen con tan triste motivo.
   El Gobierno Indemnizará a las familias de las víctimas con 600 pesetas a cada una.

Telegrama del presidente do la Diputación.- El presidente de la Diputación ha dirigido un telegrama al presidente del Consejo de Administración de Altos Hornos y al alcalde de Baracaldo, expresando la condolencia de dicha Corporación por la catástrofe de ayer.

Una subscripción.- El Ayuntamiento de Baracaldo se ha reunido en sesión extraordinaria y acordó abrir una subscripción popular a favor de las familias de las víctimas de la catástrofe de Altos Hornos, iniciándola con 10.000 pesetas.

La referencia oficial de la catástrofe.- A las cinco y media de la tarde han dado en el Gobierno civil una nota relacionada con la catástrofe de Baracaldo.
   Se dice en ella que el gobernador civil ha enviado al presidente del Consejo de ministros y a los ministros de la Gobernación, Fomento y Trabajo un telegrama, del cual son los conceptos siguientes:
   “Acabo de regresar de Baracaldo, acompañado del fiscal de la Audiencia, y las noticias que hasta ahora puedo comunicar son de que los obreros fallecidos en la catástrofe de Altos Hornos son 11. Los heridos hospitalizados, seis, ninguno de ellos grave, y los leves no hospitalizados, nueve.
   El accidente ocurrió en un horno parado y estando en reparación la tubería de aire caliente del mismo, opinando los técnicos que puede atribuirse el suceso a la filtración de la masa de hierro liquido por las grietas de la solera del crisol al ponerse en contacto alguna humedad con el agua de la filtración interior, produciéndose la disociación del agua y la combinación de los elementos gaseosos del mismo, dando lugar a diversas explosiones.
   Desgraciadamente, la zona del andamiaje que se hallaba en el radio de acción de la explosión estaba ocupada por los obreros que resultaron victimas de ella.
   A continuación el gobernador dio cuenta de la visita hecha por el Consejo de Altos Hornos al lugar del suceso y de los acuerdos relacionados con el donativo extraordinario a las familias de las víctimas.
   Dice que también él ha visitado a las familias de las víctimas, que le han expresado su gratitud al Gobierno por su acuerdo de contribuir con 500 pesetas al socorro de cada una de ellas.
   Añade que los obreros parados ayer por orden de la gerencia han continuado parados hoy por confusión, que ha quedado desvanecida, y esta noche se reintegrarán al trabajo.
   Continúa diciendo que el Ingeniero jefe de Minas y el inspector provincial del Trabajo continúan sus investigaciones en la fábrica de Baracaldo, donde la actitud del vecindario es completamente normal, y que, por su parte, ha entregado 100 pesetas a cada una de las familias que han perdido a alguno de sus deudos en la catástrofe y 85 a las que han tenido heridos.

La Cámara de la Industria de Madrid da el pésame a la de Bilbao.- La Cámara de la Industria de
Madrid ha dirigido un sentido telegrama a la Corporación hermana de Bilbao, lamentando profundamente, en nombre de toda la industria madrileña, la horrible catástrofe de la factoría de Altos Hornos, que ha causado numerosas víctimas al elemento obrero bilbaíno, motivando la natural consternación en aquella villa.

Bilbao, 21. Entierro de las víctimas.- Ayer por la mañana, en el cementerio de San Vicente de Baracaldo, fueron inhumados los cadáveres de las víctimas de la catástrofe de Altos Hornos.
   El enterramiento se hizo en dos filas paralelas y se colocaron cinco cadáveres a un lado y seis a otro.
   A las once de la mañana, en la iglesia parroquial de San Vicente Mártir, cercana al cementerio, se celebraron las honras fúnebres dispuestas por la Sociedad de Altos Hornos. Asistió a ellas tanto público, que muchas personas no pudieron penetrar en el interior del templo, y quedaron en la calle aguantando el aguacero que caía.
   Presidió la ceremonia en nombre del Gobierno, el gobernador civil, y acudieron el Consejo de Administración de Altos Hornos, el Ayuntamiento de Baracaldo en pleno, todos los alcaldes y la mayor parte de los concejales de los otros seis pueblos de la ribera del Nervión, el vicepresidente de la Diputación y varios diputados, el de la Cámara de Comercio, representantes de la Confederación Regional del Norte de España y otras varias representaciones.
   Terminada la ceremonia, la mayoría de los que asistieron a ella se trasladaron al cementerio para depositar sobre las tumbas de las víctimas coronas y ramos de flores.

Entierro de las víctimas de la catástrofe.
Más telegramas de pésame.- En el Ayuntamiento de Baracaldo, en el Gobierno civil y en las oficinas de Altos Hornos se siguen recibiendo Infinidad de telegramas de pésame tanto de España como del Extranjero.

La actuación del Juzgado.- El Juzgado de Instrucción del distrito del Hospital, que es el que  instruye el sumario incoado con motivo de la catástrofe, estuvo ayer en los Altos Homos acompañado de varios peritos y realizó numerosas diligencias.
   En el informe de autopsia se dice que las víctimas del suceso fallecieron a causa de quemaduras de tercer grado.
   El Juzgado municipal de Baracaldo, por orden del de instrucción, tomó el domingo declaración a los heridos no hospitalizados, todos los cuales declararon que se hallaban algo alejados del lugar de la catástrofe, y que al producirse las explosiones fueron lanzados lejos del radio de acción de los humos, gases y llamas que produjeron la catástrofe.

El trabajo quedará normalizado, probablemente, hoy o mañana.- A consecuencia del paro de estos días no han podido normalizarse los trabajos en la fábrica de Baracaldo, por ser precisas algunas operaciones de preparación.
   Las cuadrillas de reparaciones trabajan ya normalmente, así como varios hornos. Se cree que el martes o miércoles todas las dependencias de la factoría habrán recobrado la actividad normal.

Subscripción y Ofrecimientos.- Entre los telegramas recibidos en el Gobierno civil figuran uno del gobernador militar de esta plaza, que se halla ausente; otro de la actriz Camila Quiroga ofreciendo una función benéfica para las familias de las víctimas; otro de D. Manuel Morales, al parecer maestro de El Carpio, ofreciendo encargarse de la educación y alimentación de uno de los huérfanos de Pedro Paris.
   La subscripción encabezada con 10.000 pesetas por al Ayuntamiento da Baracaldo ha quedado abierta en todos los Bancos de la villa.

Los heridos mejoran.- Los heridos hospitalizados en el sanatorio de Altos Hornos siguen mejorando.

Los heridos en la Sala del Sanatorio Quirúrgico de la factoría de Baracaldo con sus familiares y amigos.
Bilbao, 23. Para las familias de las víctimas.- El presidente de la Diputación ha dispuesto que de la consignación para gastos de la presidencia se destinen 2.500 pesetas para la subscripción abierta a beneficio de las víctimas de las victimas ocurridas en la catástrofe de Baracaldo.
   Mañana celebraran un partido de fútbol entre las selecciones de los regimientos de Valencia y Garellano, destinándose los ingresos a beneficio también de las victimas de Baracaldo.
   Los empleados de Teléfonos se han ofrecido para organizar un festival a beneficio de las familias de las víctimas. La Asociación de estudiantes de ingenieros industriales ha hecho entrega esta mañana de un donativo de cien pesetas con el mismo fin.

Las causas da la catástrofe.- El Inspector del Trabajo visitó ésta mañana al gobernador civil, dándole cuenta de que continúan los trabajos para averiguar las causas del accidente ocurrido en Altos Hornos y que en cuanto estén terminados le dará cuenta de su resultado.

Calladamente
¡Con llanto ardiente
mi rostro escaldo!...
¡Pobres obreros
de Baracaldo!

¡Fueron contentos
a su faena,
y en un instante
surgió la pena!...
¡Rápido, el fuego
los achicharra!...
¡La muerte en ellos
clava su garra!...
¡Es hierro y carne
líquido caldo!...
¡Pobres obreros
de Baracaldo!

¡Nadie te explica
lo que ha pasado!...
¡Siempre estas cosas
las causa el Hado!...
¿Fue alguna quiebra?,.,
¿Fue alguna mota?...
¡No sé!... Es lo cierto
que el horno explota!...
¡Y el crisol brilla,
rojizo y gualdo!...
¡Pobres obreros
de Baracaldol

¡Ante sus tumbas
y ante sus fosas,
calladamente
pongo unas rosas!...
¡Ante esta pena,
que reverencio,
no hay otra ofrenda
que un gran silencio!...
¡Sobran las viejas
frases de saldo!...
¡Pobres obreros
de Baracaldo!

LUIS DE TAPIA

El cortejo fúnebre, en el que figuró todo el pueblo de Baracaldo, a su paso por las calles.
Bilbao, 30.- El gobernador civil facilitó esta mañana una nota oficiosa sobre el informe emitido por los técnicos oficiales respecto a la explosión de Altos Hornos. En la nota se limita a decir que, ultimado el dictamen por los ingenieros de Minas de la provincia y por el inspector del Trabajo respecto a la catástrofe ocurrida en el alto honor número 2 de la Sociedad Altos Hornos de Vizcaya; ocurrida el día 18 del corriente, ha sido remitido a la superioridad para su estudio y resolución.
   El gobernador civil se ha negado a facilitar detalles del citado informe.

Publicado en Octubre de 1929 en La Libertad.

BILBAO 19 de Noviembre de 1929.- Los ingenieros de la Inspección de trabajos de minas designados por el gobernador han informado respecto a las causas que motivaron la explosión ocurrida el día 18 del pasado mes en el homo número 2 de la fábrica de Baracaldo.
   Dichos informes han sido remitidos a Madrid. Parece ser que los inspectores del Trabajo, señores Campozano y Petrirena estiman que el Gobierno deba enviar técnicos especializados que reconozcan el mencionado horno.
   El informe del ingeniero de Minas de la provincia es más concreto. Manifiesta éste que la catástrofe sobre cuyas causas informa se produjo por haberse puesto en contacto por la fisura abierta el hierro, a una temperatura de 1.600 calorías, con la humedad procedente de la refrigeración del crisol.
   Afirma que los servidores del horno afirman que no observaron anomalía alguna. Parece ser que se ha llegado a la conclusión de que se trata de un accidente completamente imprevisto, del que no se deriva responsabilidad alguna.

Publicado el 19 de Noviembre de 1929 en El Heraldo de Madrid.